Bienvenidos a este blog de finalidad puramente didáctica. En él pretendo hacer un taller de escritura con mis alumnos/as de ESO y Bachiller del Colegio Sagrada Familia PJO de Valencia destinado a la mejora de su redacción, el fomento de su creatividad e imaginación y el gusto por la lectoescritura.
Estoy mezclando información de Internet y de los libros que tengo en casa para redactar las propuestas de trabajo. Si algún autor se siente molesto o no quiere que sus aportaciones estén presentes en este blog, sólo tiene que remitirme un correo y lo más pronto posible subsanaré la cuestión. Disfrutad de la lectura y de la práctica.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Séptima práctica: El diálogo (I)

Los diálogos es uno de los recursos narrativos que más cuesta dominar. A continuación damos algunos consejos que te ayudarán a hacer hablar a tus personajes de manera correcta:


1. La voz del personaje debe ser la suya, no la tuya


La voz con la que hable un personaje deberá ser la suya propia, y no la del escritor. Así, si el personaje que habla es un niño, deberá expresarse como lo hacen los niños, con frases sencillas y mostrando una cierta inocencia. En cambio, si el personaje es, por ejemplo, un pirata curtido, se expresará de una manera muy distinta:


—No, yo no —dijo Silver—. Flint era el capitán; yo era solamente su cabo, ¡qué podía ser con mi pata de palo! El mismo cañonazo que dejó ciego a Pew se llevó mi pierna. Fue un excelente cirujano el que terminó de cortármela, sí, con título y todo, y sabía hasta latín... Aunque eso no le salvó de que lo colgaran como a un perro y lo dejaran secándose al sol, como a todos los demás, en Corso Castle. La gente de Roberts... Todo les vino por mudarles los nombres a sus barcos, cuando les pusieron Royal Fortune y otros nombres así. Como si se pudiera cambiar el nombre de un barco.


2. El personaje debe hablar según la situación en la que se encuentre


Las voces de los personajes no sólo deberán ser distintas entre ellas, sino que un mismo personaje deberá expresarse de manera diferente según la situación en la que se encuentre en el momento de hablar. Así, si está cenando tranquilamente en un restaurante, podrá hablar con calma, dar detalles, aclarar... En cambio, si está en medio de una batalla, no tendrá tiempo para explicaciones, y deberá limitarse a dar indicaciones rápidas a sus compañeros.


—¡Salgamos, muchachos! ¡Fuera todos! —gritó el capitán—. ¡Vamos a luchar a campo abierto! ¡Los machetes!

3. El personaje debe hablar según el interlocutor al que se dirige


También deberás tener en cuenta la audiencia. Si el personaje le está hablando a un amigo, su tono será relajado. Si se dirige a un superior, se expresará de manera formal. Y si le habla a un niño, su forma de expresarse será otra.

—Y ahora, señor —continuó el doctor—, puesto que no ignoro su desagradable presencia en mi distrito, podéis estar seguro de que no he de perderos de vista. No sólo soy médico, también soy juez, y, si llega a mis oídos la más mínima queja sobre vuestra conducta, aunque sólo fuera por una insolencia como la de esta noche, tomaré las medidas para que os detengan y expulsen de estas tierras. Basta.

4. El personaje no debe decir aquello que no necesita decir


Los personajes nunca deben informar directamente al lector de algo. Sus palabras deben salir de ellos mismos, es decir, estar motivadas por una necesidad de comunicar algo a sus interlocutores en la ficción, y no hablar para que el lector sepa aquello que necesita saber. El autor debe hacer decir a los personajes lo necesario para que el lector pueda seguir el desarrollo de la historia, pero debe hacérselo decir de manera que no parezca forzado.


—¡Cuándo! ¡Por todos los temporales! —gritó Silver—. Bien, pues, si quieres saberlo, te lo voy a decir. Será lo más tarde que pueda. Entonces será el momento. Tenemos a un marino de primera, al capitán Smollett, que está gobernando y bien nuestro barco; están el hacendado y el doctor, que guardan el plano... ¿sabemos acaso dónde lo esconden? No lo sabemos ni tú ni yo. Así que pienso que lo mejor es dejar que el hacendado y el doctor encuentren el tesoro para nosotros, y cuando ya lo tengamos a bordo, ¡por todos los diablos!, entonces ya veremos. Si yo tuviera confianza suficiente en vosotros, malas bestias, dejaría que el capitán Smollett nos llevara hasta medio camino de regreso, antes de dar el golpe.

Los textos pertenecen a la La isla del tesoro, de Robert L. Stevenson.


Puedes leer más sobre la técnica de los diálogos.


Este material pertenece al curso de novela que imparte César Sánchez. 

 

Propuesta de trabajo


UNA PRÁCTICA SOBRE EL DIÁLOGO


Escribe un diálogo en el cual varios integrantes de una familia discutan por asuntos de dinero.
Objetivo de este ejercicio: Nos guste o no, el dinero es una de las fuerzas más dinámicas que hay. No sólo en la economía, sino también en la ficción. De modo que hablar del vil metal ayudará a crear diálogos ríspidos, subidos de tono y, en consecuencia, bien atractivos.